Hace unos meses Mercedes-Benz lanzó una campaña publicitaria para su Clase M, titulada “Memoria de Pez”. La empresa alemana plantea lo maravillosa que sería la vida si pudiéramos disfrutar todos los días de las cosas como si fuera la primera vez, como si tuviéramos una supuesta memoria de pez…
Popularmente se cree que la memoria de los peces sólo dura unos pocos segundos, y aunque este hecho no está científicamente comprobado, da igual, a los efectos de la campaña, sirve el concepto.
No tener memoria previa o tener «Memoria de Pez» sería el sueño del marketing dado que implicaría ningún conocimiento previo a la hora de que nuestro cerebro procese información. Nuestra percepción del entorno es el resultado de nuestra historia previa sumado a la información que recibimos. Aunque podamos creer que nuestros comportamientos y gustos son resultado directo de la percepción instantánea, la realidad es que nuestro procesamiento cerebral es más complejo y decidimos en función a lo que construimos desde nuestro pasado.
Si lo que se dice de los peces es cierto, ellos deben ver «Vacas Púrpuras» por todos lados.