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«Tener objetivos es como tener un dolor en el cuello.
Si no se tiene un objetivo (empresarial, una cuota de mercado objetivo, una meta personal de carrera, un objetivo deportivo …), entonces usted puede hacer lo mejor que puede. Usted puede abordar las cosas como vienen. Puede cambiar prioridades sobre una base regular sin mayores preocupaciones. Si no tiene un objetivo, nunca tendrá que preocuparse por que le faltan los mismos. Si no tiene un objetivo tampoco necesita excusas para explicar porque no puede alcanzarlo.
No tener un objetivo le permite hacer mayor alboroto, o tener más diversión, o pasar el tiempo haciendo lo que le importa ahora, que es, después de todo, el momento en que usted vive.
La cuestion acerca de las metas es que la vida sin ellas es mucho más divertida…, en el corto plazo.
Me parece, sin embargo, que la gente que hace que las cosas pasen y se hagan, que lideran, que cultivan, que crecen y que logran un impacto…, esas personas, tienen metas.»