Hace algunas semanas terminé de leer Outliers de Malcolm Gladwell. Leer las obras de Gladwell era una asignatura pendiente, así que apenas terminé de devorar Outlier (porque es así, el libro se devora, no se lo lee), comencé con Blink, el poder de pensar sin pensar que estoy finalizando y aún me resta The Tipping Point: cómo las pequeñas cosas pueden hacer una gran diferencia.
Gladwell es un storyteller genial, no es un científico, pero se apoya en un gran número de investigaciones y estudios de terceros para desarrollar sus hipótesis y sostener sus tesis.
Desde todo punto de vista, Gladwell cuestiona el pensamiento común colectivo demostrando una vez más que mucho del conocimiento popular o lo que comúnmente aceptamos como válido cuando se analiza en función a algunos análisis o pruebas fácticas dejan de tener sentido.
Outlier es un libro sobre el éxito y los exitosos, los fuera de serie. Nos explica las características que comparten las personas que han tenido éxito mostrando causales raíces, patrones comunes y alentando un mensaje de posibilidad para alcanzarlo, no sin antes, encarar el tema del éxito en función a dos variables: la oportunidad y la herencia cultural.
En la oportunidad, se analizan los condicionantes y circunstancias que se dan en los casos de éxito y la importancia de hallarse en el momento preciso y en el lugar indicado (viejo dicho popular que cobra un valor enorme en la hipótesis de Gladwell). Visto de algún modo acá hay un grado de aleatoriedad que probablemente no podamos manejar pero mirado con ojos analíticos, puede representar una enseñanza fundamental en el curso de nuestras vidas.
También se exterminan mitos como el del talento y la inteligencia como únicos condicionantes del éxito. Se nos presenta el éxito como una conjunción de varios factores, pero que no dependen directamente de cuestiones como un alto coeficiente intelectual, de hecho, queda demostrado en el libro que alcanzado cierto umbral mínimo de inteligencia, no hay una ventaja competitiva real en tener 150 o 200 de CI, en otras palabras, la correlación entre el CI y el éxito no aumenta con el aumento de dicho coeficiente.
En la herencia, se analiza cómo los condicionantes sociales y culturales que heredamos en nuestro contexto social pueden ayudarnos (o no) si sabemos aprovecharla y tomar partido de ella.
Gladwell revisa las historias personales de gurús de la informática, Bill Joy, cofundador de Sun Microsystems, Bill Gates o Los Beatles. En todos los casos, además del talento personal, lo que les hizo destacar fue la posibilidad de numerosas horas de programación en sus respectivas universidades en sus comienzos tempranos o de cientos de horas de ensayo en el caso de Los Beatles. Tanto en los ejemplos deportivos, musicales, como informáticos, el autor llega a la conclusión de que el talento excepcional triunfa cuando puede disponer de 10 mil horas de práctica. No basta sólo con el talento, es necesario practicar mucho.
El mensaje alentador es que podemos entrenar destrezas, podemos cambiar, podemos mejorar. Hay una esencia humana que viene en el ser, que es ADN, pero podemos manejarla en nuestra vida, no somos sólo ADN, poseemos la capacidad de desarrollarnos con voluntad, usando nuestra historia y factores culturales o al menos estando conscientes de si los mismos nos potencian o nos mitigan para alcanzar el éxito.
La influencia más evidente de las condiciones culturales se encuentra en el capítulo sobre los accidentes aéreos y cuando terminé con este capítulo, no podía dejar de pensar en Gary Hamel y sus ideas sobre las organizaciones jerárquicas.
Esto está relacionado con la cultura jerárquica que hay en las cabinas de los aviones, cuando el capitán va al mando, el copiloto tiene dificultades para llamarle la atención ante cualquier cosa que no haga éste correctamente. Esta dificultad para corregir al capitán se agudiza en algunas culturas hasta el punto que datos de Boeing de 1994 correlacionaron las probabilidades de accidente con las dimensiones del modelo de Dimensiones Culturales de Geert Hofstede.
Este sociólogo desarrolló su modelo de diferencias culturales en los 70, comparando las diferencias existentes entre empleados de distintas subsidiarias de IBM. Identificó 5 dimensiones que diferenciaban las culturas nacionales entre sí, una de ellas es “Power Distance“ ó IDP (Indice de Distancia de Poder) y mide cómo se valoran las relaciones jerárquicas y el uso del poder. A mayor puntuación en ese índice mayor respeto por la jerarquía, y según parece, mayor probabilidad de no llevar la contraria al capitán ante una dificultad, y acabar teniendo un accidente.
¿ Hoy volas ? OK, no te asustes, las aerolíneas han identificado estos factores culturales y actualmente realizan entrenamientos para reforzar que los copilotos hagan y comuniquen lo que consideran correcto aún cuando no estén al mando del avión.
Por último, otra gran enseñanza de Outliers es el despertar de nuestra capacidad para estar conscientes de nuestro entorno, reflexionar y entender las oportunidades que nuestro tiempo ofrece. Quienes tenian «awareness«, quienes estaban «sensibilizados» con su realidad cercana cuando todos creían que en la PC no había futuro y esto les sucedió con 10.000 horas de experiencia pudieron aprovechar un momento histórico para volverse exitosos.
Mi pensamiento es, ¿ cual es/son la/s PC de nuestra era ? ¿ Estamos viendo las oportunidades donde los grandes jugadores afectados por la recesión no están mirando ?
Un 10 para Malcolm Gladwell por Outliers.
Me gusta esto:
Me gusta Cargando...